Recuerdo que ese día, ella me dijo que le alcanzara el cepillo de cabello y apenas terminó de peinarse frente al espejo me dijo: "oye, ya anda a tu casa, otro día te llamo..."
me voy de tu lado,
solo soy para ti una vela que se consume en la sombra de tu sótano,
pero tú que nunca a mi hombro viniste
y solo me retomas cuando te han dejado.
ya no te amo porque soy lo que te aburre,
pero mucho te amé cuando nunca me has mirado.
cuando amanecía y yo era el Cristo de tu mañana,
tú peinabas tu cabellera, yo rezaba tus plegarias.
y tú nunca me querías y yo esperando que me amaras.
(qué iluso que fui, solo pienso en tonterías)
ya no te amo, pero miento si digo que ya te olvidé
porque me siento en las veredas
y sufro como cualquier abandonado
y por eso me voy,
para ya no verte, para dejarte de lado.