
Por ahí te vas,
entre calles y desconocidos.
Ya no recuerdas que te dañaba la luz,
ahora me dejas
abriendo tus ojos a las nueve de la mañana.
La lluvia sigue llorando en la piedra.
Los ríos han llegado a los caminos
en donde tu perfume se ha quedado.
A tu nido han vuelto las cacatúas
y los bomberos huyen de mi corazón.
Ya te vas,
en tus labios florecen las bellotas
y acá en mi alma cruda
ya murieron las estrellas de mar.
Fuiste un geranio virgen que robe en la primavera
y ya no estas,
el invierno deja cuevas adentro de mis ojos.
Ahora soy de piedra y de ceniza.
Ya no recuerdas mi fogata, mi leña,
esa leña que arrancabas de mi hueso.
Amor mío, la lluvia deja charcos en la ciudad
y los bomberos huyen de mi corazón.
entre calles y desconocidos.
Ya no recuerdas que te dañaba la luz,
ahora me dejas
abriendo tus ojos a las nueve de la mañana.
La lluvia sigue llorando en la piedra.
Los ríos han llegado a los caminos
en donde tu perfume se ha quedado.
A tu nido han vuelto las cacatúas
y los bomberos huyen de mi corazón.
Ya te vas,
en tus labios florecen las bellotas
y acá en mi alma cruda
ya murieron las estrellas de mar.
Fuiste un geranio virgen que robe en la primavera
y ya no estas,
el invierno deja cuevas adentro de mis ojos.
Ahora soy de piedra y de ceniza.
Ya no recuerdas mi fogata, mi leña,
esa leña que arrancabas de mi hueso.
Amor mío, la lluvia deja charcos en la ciudad
y los bomberos huyen de mi corazón.